Miku a lo grande en españa


El Getafe sacó el rodillo ante un apático Deportivo en Riazor y logró un triunfo que mantiene viva la esperanza de optar a los puestos europeos. Dos goles de Miku y uno en propia puerta de Zé Castro reflejaron la superioridad del conjunto madrileño en un campo donde nunca había ganado. El estreno 'azulón' no pudo ser más oportuno.
Pertinente el triunfo del equipo madrileño por el acercamiento a la zona noble que proporcionan los puntos y acertada al recortar distancias con un rival directo. Respondieron los de Michel al ultimátum europeo y agravaron la situación de un Deportivo en clara línea descendente.
Faltaba Lopo y fracasó Zé Castro en sus funciones, Guardado esperó en el banquillo y Lassad decepcionó. Y así se repitieron las malas sensaciones donde los gallegos presentaron novedades.
Los de Lotina volvieron a ofrecer un juego plano, sin ritmo y con pocos recursos. Con una plantilla muy justa, el conjunto gallego sufre en exceso cuando alguno de sus pilares se ausenta en un compromiso de este calibre.
Faltaba Lopo y fracasó Zé Castro en sus funciones, Guardado esperó en el banquillo y Lassad decepcionó. Y así se repitieron las malas sensaciones en las zonas donde los gallegos presentaron novedades.
La tortura de Zé CastroY eso que los primeros compases fueron suyos, con un inicio esperanzador y un aviso de Lassad a los pocos minutos. Todo se quedó en agua de borrajas dado que el Getafe creció con el paso de los minutos. Boateng se multiplicó en la zona ancha, la zaga juntó líneas y entre Manu del Moral, Pedro León y Miku agujerearon la defensa gallega.
La primera grieta en el muro deportivista la abrió Pedro León con una rápida internada y un centro preciso que Miku no desaprovechó. El venezolano fue más rápido que Zé Castro e inició el particular calvario del portugués. El defensa del Depor tuvo una decisiva incidencia en los tres goles del Getafe y no tuvo su día. Poco después del primer latigazo 'azulón', optó por autoflagelarse con un gol en propia puerta en un centro inofensivo de Celestini.
El venezolano fue más rápido que Zé Castro en el primer gol e inició el particular calvario del portugués. El defensa del Depor tuvo una decisiva incidencia en los tres tantos del Getafe y no tuvo su día.
Faltaba el segundo acto y el conjunto gallego debía reaccionar. Movió el banquillo Lotina con la entrada de Riki y Valerón tras el descanso, pero las diferencias fueron mínimas. Tan inapreciables que antes del cuarto de hora el Getafe había cerrado el partido.
Una apertura de Pedro León, un centro raso de Manu al segundo palo y otra victoria al esprint de Miku sobre Zé Castro enmudecieron Riazor de manera definitiva. Ni siquiera el tanto de cabeza de Riki a la salida del córner, con veinte minutos por delante, reanimó las esperanzas deportivistas.
Las ilusiones de meterse en Europa, al menos, permanecen intactas. El desenlace de Riazor amplía el abanico de candidatos hasta límites insospechados y la pelea está más abierta que nunca. Los puestos de privilegio nunca lo fueron tanto.

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