El día que Alonso acabó con Schumacher


Hay días en los que la historia del deporte se da la vuelta y cambia la película para siempre. Cuando el irreverente Fernando Alonso aguantó 12 vueltas infernales al legendario Michael Schumacher en el Gran Premio de San Marino de 2005 se acababa una era y empezaba la del español. 'El Kaiser' dejaba de ser intocable: un asturiano de 23 años mostraba al mundo que eso era posible.
Venía de ganar cinco Mundiales seguidos y San Marino siempre fue su casa: Imola y Ferrari eran un matrimonio indisoluble. Michael Schumacher ganó siete veces en ese circuito en su carrera (sólo en Francia ha vencido más veces), en 2005 llegaba habiendo vencido en cinco de las seis últimas veces y por entonces iba a por su sexto campeonato mundial consecutivo.

Aunque Ferrari había comenzado con muchos problemas en las tres primeras carreras y Renault tomaba el relevo (había logrado los tres primeros grandes premios: uno Giancarlo Fisichella y dos Fernando), quedaba el run-run de que Schumacher y la escudería roja resucitarían. No había duda: iba a ser en San Marino, terreno abonado.Desde su box a Fernando le llegaban informaciones preocupantes: el alemán rodaba casi un segundo más rápido que él y el motor del Renault se quebraba. Era cuestión de tiempo el adelantamiento.
Pero por esa regla histórica invariable en el deporte por la que un mito nace pisando las cenizas de otro, Fernando iba a empezar a construir su verdadera leyenda dando una lección de pilotaje ante el mejor que ha habido. Fueron 12 vueltas durísimas, en las que Alonso se sobreponía a los problemas cerrando todos los huecos a Schumacher, que nunca se había visto en semejantes problemas, y menos ante un imberbe con el carácter que sólo tienen aquellos cuya D de su ADN significa 'Descaro'.Cuando, tras la batalla, Alonso entró en meta, levantó tres dedos, el mismo gesto que hizo en el podio. Representaba su tercera victoria en ese Mundial, el comienzo de una trayectoria que le llevaría a ser campeón ese año 2005. Tal era su empuje, su afán por vivir el presente y acabar con Michael, que parecía no entender la trascendencia histórica de lo que acababa de hacer. No era sólo el día en que su camino se asfaltaba en oro: era el momento en que mostraba al mundo, de la manera más gráfica posible, que había conseguido un imposible: acabar con el reinado del que parecía una deidad imbatible.
Hoy se cumplen cinco años de aquel momento, y la vida de Alonso y Michael Schumacher ha cambiado radicalmente. En 2005 y 2006 la irresistible ascensión del asturiano acabó con la paciencia de 'El Káiser', que optó por retirarse. Un lustro después de esa carrera de Imola, el español es el 'capo' de Ferrari y Schumacher es una vieja gloria que ha vuelto al asfalto en busca de lo que ya no encontrará: el reinado que le arrebató un asturiano descarado en las 12 últimas vueltas


Por eso, cuando a 12 vueltas del final Schumacher alcanzaba al asturiano en cabeza y comenzaba el asedio al primer puesto, el jovenzuelo era carne de adelantamiento.

Por: Diario MARCA.

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