Estados Unidos volvió a la cima 16 años después


Debieron pasar 16 años para que la selección femenina de los Estados Unidos conquistara un nuevo campeonato en la máxima cita del balompié mundial.

Si bien en el inicio del torneo las dirigidas por Jill Ellis no mostraron contundencia y mucho menos un juego dominante sobre sus similares de Australia, Suecia y Nigeria; en las rondas decisivas sacaron la casta y lograron conquistar la ansiada tercera estrella para el equipo de las barras y las estrellas.

Para quienes siguen el desempeño del fútbol femenino mundial, en especial del norteamericano, resultó aburrido, si se quiere, el juego que mostró la selección estadounidense en las primeras de cambio, pues con una nómina amplia y rica ofensivamente hablando fueron incapaces de dominar ampliamente y golear (como la mayoría esperaba) a sus rivales.

En la fase de grupos Estados Unidos solo marcó cuatro tantos y recibió uno, mientras que el principal favorito, Alemania hizo 15 goles, pero lo cierto es que ante Colombia las campeonas olímpicas cumplieron en un complicado partido, que se abrió debido a la expulsión de una jugadora cafetera, y con la oportuna e insistente aparición de Alex Morgan y Carli Lloyd avanzaron 2-0 a los cuartos de final.

Adiós a "Pinoe" y "Cheney"

Megan Rapinoe y Lauren Holiday vieron la segunda amarilla ante Colombia en los octavos y se perdieron los cuartos de final contra China.

Muchos lo vieron como una nueva final, así como la de 1999 donde Brandi Chastain sentenció desde el punto penal el segundo campeonato del mundo para USA, particularmente vi ese juego como una oportunidad para que Ellis sacara a la cancha un equipo diferente. Y vaya si lo logró. La entrada de Morgan Brian en el mediocentro del campo permitió que Carli Lloyd tuviese más libertad en el ataque y llegara con peligro al área rival.

Un gol suyo, tras una combinación con Julie Jhonston les dio el pase a las semifinales. Hay que destacar la excelente actuación de Kelley O'hara, polivalente jugadora que en sus años de universidad fue premiada por ser la mejor goleadora (con récord incluido) de Stanford University, y que en 2012 se hizo presente como lateral derecho y jugó todos los minutos en las olimpiadas de Londres. Esta vez, O'hara hizo lo propio en el medio del campo, con irreverencia, velocidad e insistencia para provocar pérdidad y llevar el balón al área rival.

Lloyd, nacida para marcar

Alemania arrasó con todos los equipos que se enfrentó hasta las semifinales. Un penalti que falló Sasic le dio vida a las estadounidenses y cuando llegó la oportunidad Carli Lloyd no la desaprovechó. "Tengo cuatro años preparándome para ser campeona del mundo. Los penales se practican y después de entrenamiento suelo hacer varias repeticiones, para mí es casi algo automático", explicó en su momento la jugadora del NY Flash.

Ante Alemania desaparecieron los fantasmas de las primeras rondas y Lloyd se creció, apareció en el medio del campo, se mostró, creó jugadas y de sus botas nació el centro que premió la constancia y los anteriores épicos partidos de Kelley O'hara. Que mejor momento para marcar su primer gol con la selección mayor que en una semifinal y ante el vigente campeón de Europa.

Así llegó la final. Revancha ante Japón (inmerecido finalista desde mi punto de vista). Ya las habían vencido un año después de perder en la tanda de penales en la final de Alemania 2011, en Londres 2012 donde se colgaron el oro.

"Un oro olímpico no es igual a ser campeón del mundo", fue uno de los mensajes que mandaron las niponas a Estados Unidos.

La respuesta la dio Carli Lloyd en la cancha el 5 de julio. Sólo pasaron 16 minutos para que las estadounidenses estuviesen 4-0 en el marcador. Carli Lloyd se hizo presente con tres goles para la historia del fútbol femenino mundial. Lauren Holiday y Tobin Heath también inscribieron sus nombres en el partido que millones de jovenes y niñas recordarán.

Una tercera estrella para un país que ha trabajado desde hace 16 años para el crecimiento de la disciplina. Un país que tiene una liga profesional, donde aún hay mucho por mejorar, pero siguen dadno pequeños pasos para que esas jóvenes que salen de las universidades con ganas de hacer del fútbol su profesión puedan hacerlo y recibir remuneración por ello.

Campeonato merecido para una generación de mujeres que hoy son embajadoras, no sólo en Estados Unidos, sino a nivel mundial, pues millones de niñas sueñan con un día vestir las camisetas de sus respectivos países y ser reconocidas de la misma manera que lo son Abby Wambach, Alex Morgan, Carli Lloyd, Megan Rapinoe, Christie Rampone, Hope Solo y el resto de las 23 mujeres que hoy son campeonas del mundo.
Carli Lloyd, balón de oro bota de plata y MVP del mundial femenino Canadá 2015

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